José Luis Cortés es sacerdote y teólogo que ha escrito y dibujado para varios medios y publicado varios libros, su obra es muy conocida por las personas. Estos últimos años se ha dado a conocer aún más ya que ha reeditado y lanzado nuevamente algunas de sus obras bajo el título de Biblioteca Cortés, impresa por la PPC, donde ha querido retomar algunas viñetas y elaborar otras nuevas para actualizar y dar a conocer a Abba, a Jesús, al Espíritu Santo, sus críticas y pensamientos de una manera sencilla y jocosa.
1.1 Biografía:
José Luis Cortés Nació en Málaga (España), junto al mar Mediterráneo, en 1945. Segundo de cinco hermanos, pero primer varón. De niño cambiaron mucho de residencia, siguiendo los destinos de su padre, que era marino militar. Finalmente desembarcaron en Madrid, en un barrio popular “lleno de buena gente”, tal como lo narra en sus libros.
A los once años, siguiendo una costumbre de la época, ingresó en el seminario de los Salesianos, a los cuales les debe muchas cosas buenas. Con ellos permanecería hasta los 22 años. Fue pasando por distintos lugares: Zuazo de Cuartango (Álava), Arévalo (Ávila), Mohernando (Guadalajara), Aibonito (Puerto Rico), Santo Domingo (República Dominicana), Castellamare di Stabia (Nápoles, Italia). Dejó la Congregación Salesiana al terminar el segundo año de Teología.
Intentó reorientar su vida estudiando Arte y Decoración, y abrió, junto a su hermana mayor, una librería en la que trabajó tres años. Después, y aconsejado por distintas personas, retomó sus estudios de Teología en el Seminario de Madrid y se ordenó de sacerdote en 1975. Durante pocos años colaboró en una parroquia muy especial, "San Atanasio", al tiempo que comenzaba a publicar sus primeros dibujos. En 1981 entró a trabajar en el Grupo editorial SM, en el que permanece 27 años después, habiendo desempeñado distintos cometidos en distintos países.
Al haber empezado su trabajo en la revista Vida Nueva en 1975, empieza a publicar sus dibujos y en 1976 lanza su primer libro de comics “¡Qué bueno que viniste!”, al que seguiría al poco tiempo “Un Señor como Dios manda” y luego varias biografías como Teresa la de Jesús, Francisco el buena gente y Agustín el del corazón inquieto, así como la recopilación de dibujos publicados en diversos medios (para servirle a Dios y a usted, Abba y Cía.)
En la Biblioteca Cortés que consta de varios volúmenes, está resumida “casi” toda su obra completa, donde recoge su visión sobre la vida, sobre Dios, sobre Jesús, con en un carácter muy religioso donde el humor es el elementos fundamental.
1.2 El contenido de sus dibujos:
A lo largo de estos años José Luis Cortés ha escrito y dibujado en varios medios, revistas, libros, agendas, etc. y en cada uno de ellos ha querido plasmar su comprensión de Dios, de la vida, de la alegría, del amor, “yo lo que pretendo es hablar a la gente de hoy de un modo comprensible, intentando transmitir la frescura y el compromiso del evangelio a personas de nuestras generaciones mediante dibujos y también mediante un uso del lenguaje, tanto escrito como gráfico" [1]
Y es de esta misma manera ha llegado el mensaje de sus dibujos, casi como diría el “de una manera frescachona” a impactar en nuestra vida y en nuestras comprensiones de Dios, de Jesús, de la Iglesia, de cielo, de perdón e incluso de pecado. La obra de José Luis empieza después de 1978, como lo narra él mismo en sus libros, en las páginas de una revista llamada “vida nueva” donde aparece un personaje de viñeta, una caricatura, que sin mayores preocupaciones intelectuales pretende hablar de Dios desde el humor y el amor, este personaje es llamado Abba.
Abba, cuenta el autor, nació sin que nadie se lo propusiera expresamente. No fue fruto de una madura reflexión (ni siquiera de una seria reflexión antropo-teológica), ni de una exigencia liberadora, ni de una decidida opción existencial por los pobres, ni de una profunda crisis religiosa, surgió, menciona José Luis Cortés “como el fruto de una semilla casera plantada muchos años atrás”[2] ya que en la obra Abba y Cía. publicado en 1994 por la PPC, José Luis hace mención a su madre ( ya fallecida desde que el tenía 13 años) a la cual dedica esta obra en homenaje a su memoria.
Relata, de la misma manera José Luis, que no le resultaba difícil creer en Dios, ya que mucha gente lo hace, y verdaderamente esto lo aprendemos desde niños, lo verdaderamente difícil e importante es explicar muy bien en que Dios es en el que se cree, y que desde muy pequeño se le quedó grabado en la mente “como una configuración” la idea de la bondad, la generosidad sin límites y la ternura omnipresente de la gente y por consiguiente del mismo Dios. José Luis intuye todo el concepto de Dios, todo el ideal del paraíso, en su madre de la cual recuerda una actitud natural y poco ortodoxa de la cual alguna vez “el párroco estuvo a punto de negarle la comunión por acercarse a comulgar con una blusa de manga corta”[3]
José Luis comenta que la idea más aproximada de Dios, innegablemente, es la de una madre pero sería muy difícil contraponerla a una idea o un imaginario colectivo donde siempre se presenta a Dios como padre, como un hombre y no como a una mujer con busto, aretes y cabello largo, este concepto de Dios podría ser inimaginable, por lo tanto José Luis se decide por una forma más tradicional de Dios, un Dios hombre, con rasgos de una persona mayor, (un poco calvo y con barba larga) ya que lleva mucho tiempo actuando en su rol de Dios Padre y creador. De esta reflexión y trabajo sale un Dios poco imaginado, un Dios casero, que habla despreocupadamente, con bata, con pantuflas, de carácter bonachón, que vive en el cielo, que recibe a las personas con amor, alegría y calidez porque “¿qué clase de cielo iba a ser un cielo en el que no se estuviese como en casa”[4].
Un Dios así es un Dios que ama, que perdona, que se ríe de las condenas, de los dogmas religiosos, que clama por la vida y por el hombre, un Dios que busca ante todo el lado noble y bueno del hombre, un Dios que no condena porque ama hasta el extremo, un Dios que busca alegría en vez de prosélitos, un Dios de la libertad, un Dios que siente ternura por los animales, que les abre la posibilidad de un cielo; Un Dios que se parece más al Dios de Jesús a Abba, que al Dios de los dogmas y de los tratados teológicos, un Dios que se entristece por la aflicción del hombre, de sus hijos, que se enfada ante la injusticia; en fin un Dios al cual le podemos llamar alegremente Padre, Papá, Papito.
En los comic sobre Abba, también se hacen referencias a la Biblia, al evangelio, a la Iglesia. Generalmente los dibujos de José Luis tratan de reflejar la realidad que nos rodea, los problemas, los avatares diarios, las discusiones, las zozobras, las injusticias, las dudas, etc. de las mismas personas que conviven, o que interactúan con él, incluso e sus propias reflexiones, de las discusiones, de las ideas, de las lecturas del diario, del evangelio, y de sus propias lecturas del mundo y de la vida.
Para José Luis sus dibujos tratan de devolverle al evangelio (o a la escritura) esa fuerza que tuvo en su tiempo, ya que para él “ a fuerza de costumbre el evangelio ha perdido gas”[5], esa misma fuerza que tuvo en su tiempo, esa misma fuerza que llevó a Jesús a su muerte, esa misma fuerza por la cual formó una comunidad que vivía y se enardecía al escuchar los sermones, palabras, parábolas o refranes, esa misma fuerza que hizo que esas palabras no fueran sólo escritas en papiros sino en el corazón y en la vida de las personas. “Por eso es bueno de vez en cuando cambiarle el decorado o darle la vuelta a alguna palabra para que el antiguo escalofrío se vuelva a producir y nos estalle otra vez la Biblia en las manos”.[6]
Para José Luis, Abba es un Dios cercano al hombre, Abba se hace hombre con el hombre y su reflexión tan cercana al hombre permite reconocer en Dios, en Abba, su opción por el hombre, su opción por lo humano. “Abba queda reservado para todo tipo de reflexión, ya que Abba es la "esencia de lo humano".[7]
[1] Mail, martes, 23 de septiembre de 2008,
[2] Cortés, José Luis. Abba y Cía. Editorial PPC. Madrid 1994. Pag.4
[3] Ibíd. Pág. 4
[4] Ibíd. Pág. 4
[5] Ibíd. Pag. 5
[6] Ibíd. Pag. 5
[7] Mail jueves, 2 de octubre de 2008
domingo, 8 de febrero de 2009
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